sábado, 28 de junio de 2008

2da. Fase del alcoholismo

b) Fase prodrómica.

Este período se caracteriza por la aparición de dos hechos fundamentales en la evolución de la enfermedad:

1) El palimpsesto alcohólico o laguna mental.

2) El cambio de conducta del bebedor con la toma de conciencia de su necesidad alcohólica.

El palimpsesto alcohólico marca la iniciación de la fase prodrómica.

Una mañana el enfermo despierta sin poder recordar como ha vuelto a su casa la noche anterior. Sabe que estuvo en un lugar dado, que en dicho lugar se hallaban determinadas personas, pero no puede recordar que es lo que ha hecho, sobre que temas ha conversado, si ha bebido o no y, sobre todo, no puede recordar cómo ha vuelto a su casa.

El palimpsesto es una forma de amnesia retrógrada semejante a la amnesia por anoxemia de los pilotos, pero en el caso del alcohólico, la amnesia sería la consecuencia de una deficiente utilización del oxígeno debida a la acción del tóxico.

Durante el palimpsesto, el enfermo puede mantener una conversación enteramente normal y realizar actos muy complicados, sin error, aunque luego no recuerde nada de ello.

Jellinek, ejemplifica este problema relatando lo ocurrido a uno de sus enfermos:
"Un alcohólico que yo conozco se levantó un día y con mucha desesperación se acordó que el día anterior se había embriagado y había olvidado ir a una cita que tenía con un industrial muy importante. Se vistió peroapresuradaemente y fue a la oficina del industrial excusándose profundamente por su falta de atención al no haber aparecido el día anterior. El industrial lo miró sorprendido y le dijo: pero amigo, usted ha estado aquí ayer y me ha explicado su proposición".

En el etilista crónico el palimpsesto se tiene aun cuando el enfermo no se ha embriagado, en cambio, para que exista un palimpsesto en el bebedor excesivo no alcohólico es necesario que el individuo se embriague.

El palimpsesto alcohólico no tiene relación con las condiciones psicológicas que han llevado al enfermo a beber en forma excesiva, pero sí es una consecuencia del beber excesivo.

Junto con el palimpsesto en este período hace aparición el cambio de conducta del bebedor con la toma de conciencia de su necesidad alcohólica. Cuando el enfermo está en una reunión, se aleja del grupo por unos minutos para beber una o dos copas a hurtadillas. Procede de esta manera porque en realidad está bebiendo más que los demás, pero se preocupa para que no lo tomen por un ebrio. Razona del siguiente modo: "yo no soy un ebrio, esto es algo que los demás no pueden comnprender, para ellos el beber es una costumbre social o tal vez un pequeño placer, para mí es una necesidad y es mejor que no lo sepan".

Es decir que ya hay una toma de conciencia de su necesidad alcohólica y comienza la preocupación del enfermo por evitar que su dependencia se haga evidente para la sociedad.

Otro cambio que se observa en este período es la preocupación del etilista por el alcohol: el enfermo se asegura la provisión de bebidas y si es invitado a una reunión comienza a preocuparse, pensando que la cantidad de bebidas puede no ser suficiente y para asegurarse su cuota diaria de alcohol, bebe unas copas antes de asistir a ella.

Ya a esta altura de la evolución de la enfermedad el etilista analiza vagamente que su forma de beber sale de lo normal, lo que trae como consecuencia inmediata la aparición de sentimientos de culpa y por lo tanto el enfermo tiene tendencia a evitar el referirse al beber.

Esta tendencia a esconder sus dificultades demuestra que el bebedor tiene miedo de ser separado de la sociedad por sus costumbres individuales de beber.

Esta etapa tiene una duración de algunos meses hasta cuatro o cinco años. Durante su transcurso bebe más que los demás, pero no se embriaga, por lo tanto su forma de beber no trasciende a sus compañeros, sin embargo el nivel del bebedor es lo bastante alto como para ejercer su acción sobre el metabolismo y el sistema nervioso y provocar la aparición del palimpsesto (laguna mental).

En esta fase es posible la recuperación del enfermo, pero para lograrla es necesario llegar a la abstención total, de no ocurrir así aparece con el tiempo un síntoma que marca el final de la fase prodrómica y el comienzo de la fase básica o decisiva; dicho síntoma consiste en la pérdida del control de la ingesta de alcohol.

En este momento la enfermedad se hace bien evidente para la familia y amistades como consecuencia de la aparación de episodios de ebriedad.

viernes, 27 de junio de 2008

Las fases del alcoholismo - 1ra. Fase

Cuelgo en el blog la siguiente información, porque es mi idea intercalar artículos sobre el PROBLEMA y la SOLUCION que sugiere A.A. a través de sus Doce Pasos.
Si bien la "experiencia escrita" y publicada por A.A. es abundante, clara y precisa, también recurro a otras visiones, como en este caso, la visión médica sobre las diferentes etapas y síntomas del alcoholismo. Espero que les resulte interesante.

Libro: "Alcoholismo"
Dr. Gustavo F. Poch - Dr. Horacio H. Rubio
Editorial Universitaria de Buenos Aires - 2da. edición (Diciembre de 1979)

Capítulo XIV
LAS FASES DE LA ALCOHOLOMANIA
Dr. Eugenio Sánchez

Cuando hablamos de alcoholismo crónico, generalmente tenemos la tendencia a identificar la enfermedad con el clásico cuadro de estigmatización física alcohólica, y gran deterioro psíquico, o bien con el individuo que vive embriagado, olvidando que la alcoholomanía cursa a veces durante varios años sin presentar dichas sintomatología que en realidad corresponde a las últimas etapas del etilismo.

Es decir, que la enfermedad ya existe mucho tiempo antes de la etapa en que se hace evidente con toda su sintomatología clásica. Esto tiene una importancia fundamental, porque interesa interceptar al alcohólico en los comienzos de la toxicomanía, período en que tiene más posibilidad de recuperación integral.

En nuestros consultorios especializados hemos podido comprobar que salvo raras excepciones, lo pacientes que llegan solicitando tratamiento, presentan en su gran mayoría una fase avanzada de la enfermedad. De esto se desprende la necesidad de difundir el hecho de que el alcoholismo es una enfermedad crónica, que comienza varios años antes del momento en que se hace evidente con todo su clásico cuadro sintomatológico y que la detección de la sintomatología incipiente es factible posibilitando un tratamiento precoz con mayores posibilidades de recuperación.

Según Jellinek, en la evolución de la enfermedad pueden considerarse cuatro etapas o fases:

a) Fase prealcohólica u oculta.
b) Fase prodrómica.
c) Fase básica o decisiva.
d) Fase crónica.

a) Fase prealcohólica u oculta
En esta primera etapa de la enfermedad generalmente nos hallamos frente a un individuo conflictuado, con trastornos de su personalidad, que sufre tensiones insoportables. Este individuo forma parte de un círculo social donde ingerir bebidas alcohólicas es una costumbre popular, y donde existe un fácil acceso al alcohol.

Participando el enfermo de ese medio efectúa ingestas que allanan sus dificultades: hay alivio de sus tensiones, disminución de las inhibiciones, facilitación de los contactos y producción de una sensación de bienestar momentáneo. Para el enfermo el beber tiene un premio que los otros no gozan, y este premio es un estímulo para buscar las ocasiones que ofrezcan ese alivio.

El etilista generalmente atribuye la mejoría de sus trastornos psíquicos al ambiente en el cual bebe y no al alcohol que ingiere. Durante cierto tiempo no se da cuenta que es el alcohol el que allana sus dificultades; piensa que el responsable de su mejoría es el ambiente en el cual bebe y por lo tanto busca participar de ese ambiente y allí bebe. Bebe aumentando paulatinamente la cantidad de alcohol ingerido; aún no llega a embriagarse, pero en realidad está bebiendo más que los demás, aunque esto no es evidente para él y sus amigos. En esta primera fase no se observan cambios significativos somáticos ni psíquicos provocados por el beber excesivo.

Este período tiene una duración de meses y aún de algunos años, dependiendo de la constitución psíquica y física del individuo y de las condiciones sociales y económicas de su existencia. Si sus trastornos psíquicos desapareciesen, el individuo podría volver a beber en forma normal; de no ocurrir así, sigue bebiendo en exceso y aparece con el tiempo un síntoma que marca el final de la fase prealcohólica y la iniciación de la segunda etapa del alcoholismo. Dicho síntoma es el palimpsesto alcohólico (laguna mental).


martes, 24 de junio de 2008

Tercer Paso de Alcohólicos Anónimos (2da. y última parte)

Al final de la página 58 del Libro Grande (capítulo 5 "Como trabaja"), los autores nos dicen como podemos hacer para librarnos de nuestro egoísmo:

"Este es el cómo y el porqué de ello. Ante todo, tuvimos que dejar de "jugar a ser Dios". No resultaba. Después, decidimos que en lo sucesivo, en este drama de la vida. Dios iba a ser nuestro Director. Es el jefe; nosotros somos. Sus a gentes. El es el Padre y nosotros Sus hijos. La mayoría de las buenas ideas son sencillas y este concepto, fue la piedra clave del nuevo arco triunfal por el que pasamos a la libertad".

Después, en las pag. 58-59 del capìtulo 5 (Cómo trabaja) nos dicen que de asumir sinceramente esa entrega, nuestra actitud ante la vida cambiará:

"Cuando asumimos sinceramente esa actitud, toda clase de cosas admirables sucedieron. Teníamos un nuevo Patrón. Siendo Todopoderoso, Él proveía todo lo que necesitábamos si nos manteníamos cerca de Él y desempeñábamos bien su trabajo. Establecidos sobre esta base empezamos a interesarnos cada vez menos en nosotros mismos, en nuestros planes y en nuestros proyectos. Nos interesamos cada vez más en darnos cuenta de qué era con lo que podíamos contribuir a la vida. A medida que sentimos afluir en nosotros un poder nuevo, que gozamos de tranquilidad mental, que descubrimos que podíamos encarar la vida satisfactoriamente, que llegamos a estar conscientes de Su Presencia, empezamos a perder nuestro temor al hoy, al mañana o al futuro. Renacimos".

Claramente nos están diciendo que la entrega del Tercer Paso tiene un efecto notable: Un nuevo poder, tranquilidad mental, valor para encarar la vida, consciencia de nuesto Poder superior, pérdida del temor.

Ahora, para dar el Tercer Paso de A.A., nuevamente como en el Primer y Segundo, tenemos que tomar una decisión.

En la página 59 (capítulo 5: "Cómo trabaja") del libro Alcohólicos Anónimos se nos dice que "Pensemos detenidamente ante de dar este paso, cerciorándonos de que estábamos listos para hacerlo, que finalmente podíamos abandonarnos completamente a El".

"Encontramos muy conveniente dar este paso espiritual con una persona comprensiva, tal como nuestra esposa, nuestro mejor amigo o nuestro consejero espiritual. Pero es mejor reunirse con Dios solo, que con alguien que tal vez no comprenda. Las palabras eran, desde luego, completamente opcionales, siempre que expresáramos la idea sin ninguna reserva. Este fue solamente el principio, pero cuando se hacía honrada y humildemente, se sentía inmediatamente un efecto a veces muy grande".

Si bien nos dicen que las palabras son opcionales, los autores nos dan una oración como alternativa para dar este Paso. La oración sugerida la podemos encontrar en la página 59 del Libro Grande:

"Muchos de nosotros le dijimos a nuestro Creador, tal como lo concebimos: "Dios, me ofrezco a Ti para que obres en mí y hagas conmigo Tu voluntad. Líbrame de mi prsopio encadenamiento para que pueda cumplir mejor con Tu voluntad. Líbrame de mis dificultades y que la victoria sobre ellas sea el testimonio para aquellos a quien yo ayude de Tu Poder, Tu Amor y de la manera que que Tu quieres que vivamos. Que siempre haga Tu voluntad".

Recordemos que "Este fue solamentee el principio, pero cuando se hacia honrada y humildemente, se sentía inmediatamente un efecto a veces muy grande".

Según el Libro Grande hemos realizado el Tercer Paso.

Dios: palabra vacía de significado

Lo que transcribo a continuación es la respuesta de Eckhart Tolle ante una pregunta referida al Ser, y forma parte de su libro "EL PODER DEL AHORA". La publico porque su concepto sobre el Ser, es similar al que yo uso (Poder interior) en el blog. Por otra parte me parece interesante como aporte complementario a los Doce Pasos.

Cuando usted dice Ser ¿está hablando de Dios? Si es así ¿por qué no lo dice?

"La palabra Dios se ha vuelto vacía de significado a través de miles de años de mal uso. Yo la uso a veces, pero lo hago poco. Por mal uso entiendo que las personas que nunca han tenido ni un atisbo del reino de lo sagrado, de la infinita vastedad que hay detrás de esta palabra, la usan con gran convicción, como si supieran de que están hablando. O argumentan contra él, como si supieran qué es lo que están negando. Ese mal uso da lugar a creencias y afirmaciones absurdas y a engaños del ego, tales como "Mi o nuestro Dios es el único Dios verdadero y tu Dios es falso" o la famosa afirmación de Nietzsche: "Dios ha muerto".

La palabra Dios se ha convertido en un concepto cerrado. En el momento que se pronuncia, se crea un concepto mental, quizá ya no la de un anciano de barba blanca, pero si una representacion mental de alguien o algo externo a uno y, casi siempre inevitablemente, algo o alguien masculino.

Ni Dios ni Ser ni ninguna palabra puede definir o explicar la inefable realidad que hay detrás de ellas, así que la única cuestión importante es si la palabra es una ayuda o un obstáculo para permitirle a usted experimentar Aquello que señala. ¿Señala más allá de sí misma, hacia esa realidad trascendental o tiende demasiado fácilmente a volverse solamente una idea en su cabeza en la que usted cree, un ídolo mental?

La palabra Ser no explica nada, pero tampoco lo hace la palabra Dios. Sin embargo Ser tiene la ventaja de que es un concepto abierto. No reduce lo infinito invisible a una entidad finita. Es imposible formarse una imagen mental de ello. Nadie puede reclamar la posesión exclusiva del Ser. Es su propia esencia y es inmediatamente accesible a usted como la sensación de su propia presencia, la comprensión de Yo soy que es anterior a yo soy esto o yo soy aquello. Así que hay solamente un pequeño paso de la palabra Ser a la experiencia del Ser".

lunes, 23 de junio de 2008

Re-descubrir nuestro Poder interior a través de Los Doce Pasos

Los Doce Pasos son una herramienta útil y práctica, no sólo para solucionar cuestiones que tienen que ver con las adicciones, sino como una sencilla guía para una experiencia o despertar espiritual.

Creo que los Doce Pasos no son para terminar arrodillados por temor ante un dios colérico.
Mi visión y práctica de este programa no está basada en creencias castrantes y limitadoras, ni en un ir por la vida para ser "más buenito" ante los ojos de dios o de los demás.

El potencial de estos Doce Pasos reside en que son una opción válida para re-descubrir nuestro verdadero Poder interior. Mediante su práctica existe la posibilidad de re-conocer nuestro potencial creador y de vivir con plena conciencia de nuestro Poder interior.

Los Doce Pasos pueden permitirnos salirnos de la vereda de los "victimitos" y hacernos totalmente responsables de nuestras vidas.

domingo, 22 de junio de 2008

¿Dónde podemos encontrar nuestro Poder superior?

Según la propuesta de A.A. para poder solucionar nuestro problema de alcoholismo tenemos que encontrar un Poder superior a nosotros mismos. Esto también se aplica para otras adicciones, pero casi siempre surge una pregunta: dónde voy a encontrar a ese Poder?

Los autores del Libro Grande nos dan la respuesta a esta pregunta en la página 51:

"En realidad, nos estábamos engañando a nosotros mismos, porque en lo más profundo de cada hombre, mujer y niño, está la idea fundamental de Dios. Puede ser oscurecida por la calamidad, la pompa o la adoración de otras cosas; pero de una u otra forma, allí está. Porque la fe en un Poder superior al nuestro y las demostraciones milagrosas de ese poder en las vidas humanas, son hechos tan antiguos como el mismo hombre.

Nos dimos cuenta, por fin, de que la fe en alguna clase de Dios era parte de nuestra manera de ser, como puede serlo el sentimiento que tenemos para con algún amigo. Algunas veces tuvimos que buscar sin temor, pero allí estaba El. El era un hecho tan real como lo éramos nosotros. Encontramos la Gran Realidad en lo más profundo de nosotros mismos. En última instancia, solamente allí es donde El puede ser encontrado. Así sucedió con nosotros".(A.A., pag. 51 - Cap. "Nosotros los agnósticos").

Tercer Paso de Alcohólicos Anónimos (1ra. parte)

Dice el Tercer Paso de A.A.:
"Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos."

En la página 56 del Libro grande podemos leer: "Llegados a este convencimiento, estábamos en el Tercer Paso, lo cuál quiere decir que pusimos nuestra vida y nuestra voluntad al cuidado de Dios, tal como cada cual lo concibe. Exactamente, ¿qué es lo que queremos decir con eso, y qué es justamente lo que haremos?
El primer requisito es que estemos convencidos de que una vida llevada a fuerza de voluntad, dificilmente puede ser venturosa. Sobre esa base siempre estamos en conflicto con alguien, aunque nuestros motivos sean buenos". (A.A., pag. 56 - cap. 5 "Como trabaja").

Los autores nos dicen que hay un requisito en este Paso: estar convencidos de que hasta aquí nuestra vida llevada al mando de nuestra fuerza de voluntad no ha tenido los mejores resultados. Las evidencias del desastre, tal vez sean muchas, pero todo coincidimos que no es fácil aceptarlas. El "ego" se resiste, pero necesitamos tomar la decisión de hacernos a un lado y dejar espacio para que ese Poder superior actúe en nuestro beneficio.

Si aún tenemos dudas de lo desastroso que ha sido vivir en base a nuestra fuerza de voluntad, los autores del Libro Grande agregan:

..."La mayoría de la gente trata de vivir por "auto propulsión". Cada persona es como un actor que quiere dirigir todo el espectáculo; que siempre está tratando de arreglar luces, el ballet, el escenario y los demás actores según sus propias ideas. Si las cosas quedaran como él quiere y las personas hicieran lo que él desea, el espectáculo resultaría magnífico. Todos, incluso el mismo, estarían satisfechos, la vida sería maravillosa. Al tomar estas disposiciones nuestro actor puede ser bastante paciente, hasta modesto y dispuesto a sacrificarse. Por otra parte puede ser vil, egoísta, interesado y falso. Pero como en la mayoría de los seres humanos, es probable que sus características varíen".

Más adelante continúan detallando el resultado de una vida llevada a fuerza de voluntad propia:

¿Qué es lo que generalmente pasa? El espectáculo na da muy buen resultado. Empieza a pensar que la vida no lo trata bien. Decide esforzarse nuevamente. En esta ocasión es más exigente o más condescendiente, según sea el caso. A pesar de todo la función no le parece bien. Admitiendo que en parte puede estar errado, está seguro de que otros son más culpables. Se encoleriza, se indigna y se llena de autoconmiseración. ¿Cuál es su dificultad básica? ¿No es un individuo que busca para sí mismo aun cuando está tratando de ser bondadoso? ¿No es víctima de la ilusión de que puede arrancarle satisfacciones y felicidad a este mundo, si lo hace bien? ¿No es evidente para todos los demás actores que estas son las cosas que el quiere? ¿Y sus acciones no hacen que cada uno de ellos quiera desquitarse sacando del espectáculo todo lo que pueda? ¿No es él, hasta en sus mejores momentos, una fuente de confusión y no de armonía? (A.A., pag. 57 - cap. 5 "Como trabaja").

¿Te suena familiar lo que has leído? Lo anterior es una buena descripción de como hemos vivido, siempre tratando de demostrar a los demás que si hicieran las cosas a nuestra manera estarían mucho mejor. Nuestro egocentrismo ha sido llevado hasta las últimas consecuencias.

En la página 58, los autores aseguran que este egoísmo es la causa principal de nuestras desdichas.

"¡Egoísmo - concentración en sí mismo! Creemos que esta es la raíz de nuestras dificultades. Acosados por cien formas de temor, de vana ilusión, de egoísmo, de auto conmiseración, les pisamos los pies a nuestros compañeros y estos se vengan. A veces nos hieren aparentemente sin provocación, pero invariablemente encontramos que alguna vez en el pasado tomamos decisiones egoístas que más tarde nos colocaron en situación propicia para ser lastimados.

Así es que nuestras dificultades, creemos, son básicamente producto de nosotros mismos; surgen de nosotros, y el alcohólico es un ejemplo extremo de la obstinación desbocada, aunque él piense que no es así. Por encima de todo, nosotros los alcohólicos tenemos que liberarnos de ese egoísmo. ¡Tenemos que hacerlo o nos mata! Dios hace que esto sea posible. Y frecuentemente parece que no hay otra manera de librarse completamente del "yo" más que con su ayuda". (A.A., pag. 58 - Cap. "Como trabaja).

Hasta aquí tenemos una descripción de la vida del alcohólico llevada a fuerza de voluntad propia. Si miramos objetivamente y sin culpa el resultado de encarar nuestras vidas a fuerza de voluntad, tal vez coincidamos en que no la pasamos muy bien.

jueves, 19 de junio de 2008

Algo más sobre el alcoholismo

Creo que una parte de los alcohólicos buscan en la bebida una salida a la mediocridad cotidiana. Parecería que se necesita alguna clase de dicha estimulante que permita trascender la a veces, insoportable realidad diaria. Esto más el sentimiento de no sentirse digno, tal vez como consecuencia de la de-formación social y familiar a la que uno se ve sometido desde la infancia, hace que bajo ciertas circunstancias el alcohol pase a ser una experiencia falsa de plenitud que, con el tiempo y de manera progresiva, se convertirá en dependencia.

Es como si la persona buscase en el alcohol una experiencia estimulante que lo aleje del malestar o sensación de vacío interior. Esta búsqueda no tiene nada de malo, más bien lo contrario, indica una positiva inquietud interior. Pero sucede que está canalizada negativamente. Esa búsqueda es totalmente comprensible ante el vacío espiritual de nuestra sociedad que nos bombardea constantemente y sin piedad con aparentes necesidades materiales.

Los Doce Pasos pueden actuar como un corrector para esa inquietud interna que muchos alcohólicos hemos sentido y atendimos de manera degradada al pretender acallarla mediante el alcohol. Personalmente, creo en el potencial de los Doce Pasos para transformar ese hábito auto-destructivo, en una experiencia genuina que pueda satisfacer esa necesidad interior de plenitud espiritual.

El dr. Deepak Chopra dice en su libro "Vencer las adicciones", pags. 12-13: "Me inclino a ir más allá en esta definición del adicto como un buscador. A mi juicio, la persona que jamás ha sentido un impulso hacia la conducta adictiva, es la que no ha dado el primer paso vacilante hacia el descubrimiento del verdadero significado del Espíritu. Es probable que no haya nada de qué enorgullecerse en la adicción, pero representa la aspiración hacia un nivel de experiencia más elevado. Y aunque, en última instancia, esa aspiración no pueda satisfacerse por medio de sustancias químicas o conductas compulsivas, el solo intento sugiere la presencia de una naturaleza espiritual."

martes, 17 de junio de 2008

Recuperar el sano juicio nos transforma

Después de un período de decadencia llega el cambio decisivo, y la potente luz que se había desterrado regresa. Hay movimiento, pero no viene causado por la fuerza... El movimiento es natural, surge espontáneamente. Por esta razón, la Transformación de lo antiguo resulta fácil. Se renuncia a lo viejo y se introduce lo nuevo. Ambas medidas ocurren a la vez; por consiguiente, no se provoca ningún daño.
I Ching

El Segundo Paso ofrece la oportunidad de comenzar a descubrir que es verdad para mí. Es la oportunidad de evaluar realmente lo que es genuino y auténtico, y alejarme en el día por día de evaluaciones erróneas o carentes de sano juicio en cuanto a mí, a mi relación con el alcohol, a los demás y a las circunstancias.

Es la oportunidad de una Transformación genuina hacia lo verdadero. El aquí y ahora comienza a reflejar el trabajo realizado, así como el nivel de compromiso con este Paso.

Esta posibilidad de Transformación iniciada con los 2 primeros Pasos no nos conduciran a la perfección, aunque el "ego" se sienta tentado por ella; pero si nos permitirá ver con mayor claridad lo que es mejor para nosotros.

lunes, 16 de junio de 2008

"Despertar" a lo que realmente somos

Hay una cosa que me parece importante decir: el Poder Superior con el que intentamos establecer un contacto consciente mediante los Doce Pasos y que la gran mayoría de las personas, alcohólicas y no alcohólicas buscamos "afuera", está dentro de nosotros y es fácilmente accesible, siempre está a nuestra disposición para que lo emplees de la mejor manera.

Por eso escribo aquí, para generar un espacio en donde puedas re-descubrirte y aceptar que eres un ser maravilloso. No importa lo que hayas pensado, dicho o hecho, esas cuestiones no son tu esencia, eres mucho más que eso.

Recuperar el "sano juicio" involucra también aceptar nuestra real dimensión, y no quedarnos con la vieja imagen del "bueno para nada". Sano juicio es aceptarnos y querernos tal cual somos y esto por supuesto incluye a nuestro borracho.

Las "barrabasadas" que hicimos en nuestros tiempos de bebedores, las hicimos porque no sabíamos hacerlo de otra manera. Resumiendo hicimos lo mejor que pudimos, aunque el resultado haya sido desastroso.

Muchos de nosotros nos hemos escondido de nosotros mismos mediante el alcohol... lo tremendo es que nunca supimos quienes somos en realidad. No somos conscientes de lo que sentimos ni de lo que deseamos.

Los Doce Pasos son un mapa con el cual podemos llegar a nuestro interior y ver quiénes somos y qué somos en realidad. Esta bella posibilidad nos liberará de esa falsa imagen que tenemos de nosotros mismos y nos llevará a nuestro verdadero Poder Interior.

Segundo Paso de Alcohólicos Anónimos (última parte)

¿Cómo damos este Paso?

Nuevamente en este Paso, tenemos que tomar una decisión. La decisión a tomar es si creemos o al menos estamos dispuestos a creer que un Poder superior a nosotros mismos, como nosotros lo concibamos (o según nuestro entendimiento), nos devolverá el sano juicio.

Recordemos que tal vez al principio sea tan solo una cuestión práctica. A lo mejor tu vida hasta ahora no fue del todo bien, alcohol y sustancias incluídas, entonces para qué seguir con el mismo método si los resultados no fueron los mejores. Si continuamos actuando de la misma manera es muy difícil obtener un resultado diferente, entonces porqué no abrir la mente al concepto de "algo" superior a nosotros mismos.

Leemos en el Libro Grande:
"Cuando nos volvimos alcohólicos, aplastados por una crisis que nosotros mismos nos habíamos impuesto y que no podíamos posponer o evadir, tuvimos que encarar sin ningún temor el dilema de que Dios lo es todo o de otra manera El no es nada. Dios es, o n o es. ¿Qué ibamos a escoger?
Llegados a este punto, nos encontramos cara a cara con la cuestión de la fe. No pudimos evadir el asunto. Algunos de nosotros ya habíamos andado un buen trecho sobre el Puente de la Razón con rumbo a la deseada ribera de la fe. El delineamiento y la promesa de la Nueva Tierra habían dado brillo a nuestros ojos fatigados y nuevo valor a nuestros postrados espíritus. Manos amistosas se habían tendido para darnos la bienvenida. Estábamos agradecidos de que la Razón nos hubiera llevado tan lejos. Pero de cualquier manera, no podíamos bajar a tierra. Quizá en la última milla estábamos apoyándonos demasiado en la Razón y no queríamos perder nuestro apoyo".
(Reimpreso de "Alcohólicos Anónimos" pags. 49-50 - cap. 4 "Nosotros los agnósticos", con permiso de A.A. World Services, Inc.).

Ahora si, llegó el momento de elegir. ¿Estamos dispuestos a aceptar que hay un Poder superior, y que éste podrá devolverme el "sano juicio"?, si nuestra respuesta es si, estamos listos para dar el Segundo Paso.

En la página 44 encontramos las indicaciones para dar este Paso:
"Solamente necesitábamos hacernos una breve pregunta: ¿Creo ahora o estoy dispuesto a creer siquiera, que hay un Poder superior a mí mismo? Tan pronto como una persona pueda decir que cree o que está dispuesta a creer, podemos asegurarte enfáticamente que ya va por buen camino. Repetidamente se ha comprobado entre nosotros que sobre esta primera piedra puede edificarse una maravillosamente efectiva estructura espiritual".

Esta es la pregunta para dar el Segundo Paso: "¿Creo ahora, o estoy dispuesto a creer siquiera, que hay un Poder superior a mí mismo?"

sábado, 14 de junio de 2008

Nombra a tu Poder superior como quieras

Los Doce Pasos no son un programa religioso. Somos libres de llamar a ese Poder superior como cada uno quiera, hasta somos libres de no creer en él.

Los autores del Libro Grande nombran de distinta manera a este Poder: Inteligencia Creativa, Mente Universal, Creador, Gran Realidad. Si bien usan la palabra dios, lo hacen por conveniencia y NO por un propósito religioso.

Personalmente, uso la palabra dios por una cuestión práctica, cuando digo dios, todos sabemos de que estoy hablando.

Para tener en cuenta

"No te quieras convertir en santo para el próximo jueves".

Segundo Paso de Alcohólicos Anónimos (3ra. parte)

Bill W., tuvo dificultades para aceptar una solución espiritual para el alcoholismo. En el capítulo "La Historia de Bill", el co-fundador de A.A. nos cuenta como llegó a creer.

A finales de noviembre de 1934; Ebby T. visitó a Bill en su casa de Brooklyn. Es en esta visita donde Bill aprende por primera vez acerca de un Dios según su entendimiento o como él lo concibiera. Como ya hemos visto Ebby es uno de los amigos y compañeros de juerga de Bill.
Ebby que también es alcohólico, ha permanecido sobrio durante varios meses en los grupos Oxford.
Ebby le cuenta a Bill durante su visita que su vida ha cambiado como resultado de la práctica de los Cuatro Absolutos (principios espirituales) del grupo Oxford.

Bill se inquieta y angustia cuando Ebby comienza a hablarle de Dios, pero igualmente lo escucha con atención. Está intrigado y quiere saber como ha hecho Ebby para dejar de beber. Antes de esta visita, Bill se había enterado que Ebby estaba internado en un hospital psiquiátrico como consecuencia de su alcoholismo.

"A pesar del ejemplo viviente de mi amigo (Ebby), todavía quedaban en mí los vestigios de mi viejo prejuicio. La palabra "Dios", todavía despertaba en mi cierta antipatía, y este sentimiento se intensificaba cuando hablaba de que podía haber un Dios y que para mí fuese personal. Esta idea no me agradaba. Podía aceptar conceptos tales como Inteligencia Creadora, Mente Universal o Espíritu de la Naturaleza, pero me resistía al concepto de un Zar de los Cielos, por más amante que fuera de su preponderancia. Desde entonces he hablado con decenas de personas que pensaban lo mismo". (A.A., pag. 11 - Cap. 1 "La historia de Bill").

Ante esta "resistencia", Ebby le propone una idea revolucionaria:

"Mi amigo sugirió lo que entonces parecía una idea original. Me dijo: ¿Por qué no escoges tu propio concepto de Dios?
Esto me llegó muy hondo, derritió la montaña de hielo intelectual a cuya sombra había vivido y tiritado muchos años. Por fin me daba la luz del sol.
Sólo se trataba de estar dispuesto a creer en un Poder superior a mí mismo. Nada más se necesitaba de mí para empezar. Me dí cuenta de que el crecimiento podía partir de ese punto. Sobre una base de completa y buena voluntad, podría edificar lo que veía en mi amigo. ¿Quería tenerlo? Claro que sí, ¡lo quería!
(A.A., pag. 11 - Cap. 1: "La historia de Bill").

De esta manera Bill comienza su experiencia espiritual, con la disposición de creer en un Poder superior a él mismo.

En la página 43, los autores del Libro Grande nos piden que dejemos de lado nuestro desprecio por principios espirituales y nos formemos nuestro propio concepto de Dios:

"Nos dimos cuenta de que tan pronto como pudimos hacer a un lado el prejuicio y manifestar siquiera la voluntad de creer en un Poder superior a nosotros mismos, comenzamos a obtener resultados, aunque le fuera imposible a cualquiera de nosotros definir cabalmente a ese Poder que es Dios". (A.A., pag. 43 - Cap. 4 "Nosotros los agnósticos").

Del párrafo anterior destaco lo siguiente: los autores nos dicen que "... y manifestar siquiera la voluntad de creer en un Poder superior a nosotros mismos, comenzamos a obtener resultados"; nos están diciendo que con sólo "estar dispuestos a creer" ya es suficiente. No hace falta tener una definición o un claro razonamiento sobre ese Poder superior, y tampoco una gran fé. Con solo la disposición o la intención de creer ya es suficiente y habrá resultados.

"Por consiguiente, cuando te hablamos de Dios, nos referimos a tu propio concepto de Dios. Esto se aplica también a otras expresiones espirituales que puedes encontrar en este libro. No dejes que ningún prejuicio que puedas tener en contra de los terminos espirituales te impida preguntarte a ti mismo lo que significan para ti. Al principio, esto era todo lo que necesitabamos para comenzar el desarrollo espiritual, para efectuar nuestra primera relación consciente con Dios, tal como lo cencebíamos. Después, nos encontramos aceptando muchas cosas que entonces parecian inaccesibles. Esto era ya un adelanto. Pero si queríamos progresar teníamos que empezar por alguna parte. Por lo tanto, usemos nuestro propio concepto a pesar de lo limitado que fuese". (A.A., pag. 43 - Cap. 4 "Nosotros los agnósticos").

El famoso dicho escuchado una y otra vez en las juntas de A.A.: "mi Poder superior es el grupo" es de total validez en este camino espiritual que nos propone Alcohólicos Anónimos. No hace falta que yo crea en el Dios de papá o mamá, en el de mi vecino o en el de mi "padrino". Con un Poder superior según mi entendimiento es suficiente, por limitado que sea.

Muchos seres humanos, alcohólicos y no alcohólicos tenemos que experimentar una tragedia o un desastre antes de que estemos en disposición a creer en algo superior a nosotros. Pero existe esperanza, aún para el más testarudo de nosotros. Los autores del Libro Grande nos dicen que, eventualmente, nos volveremos más dóciles:

"... Viéndonos frente a la destrucción, pronto nos volvimos tan receptivos con los asuntos espirituales como habíamos tratado de serlo con otras cuestiones. En este aspecto, el alcohol fue un instrumento efectivo de persuasión. Finalmente a base de golpes nos hizo entrar en razón. A veces resultaba un proceso tedioso; no le deseamos a nadie que dure con sus prejuicios tanto tiempo como nosotros". (A.A., pag. 44 - Cap. 4 "Nosotros los agnósticos").

viernes, 13 de junio de 2008

Rendición: la verdadera fortaleza

Muchos alcohólicos intentan forzar una victoria frente al alcohol. Y por supuesto que tarde o temprano vuelven a beber. La rendiciòn (el derrotarse frente al alcohol) es imprescindible. Sin una rendición profunda y sincera, el mecanismo de hacer uso de la fuerza de voluntad con el alcohol continua instalado, lo que produce una "lucha" muchas veces inconsciente con el alcohol. La fuerza de voluntad provee elementos frágiles frente al alcohol. El verdadadero Poder surge de un sincero proceso de "derrotarse".

Una actitud de "resistencia" frente a la bebida, seguramente terminará en fracaso. La no-resistencia (rendirse) es la llave para la recuperación, y es una habilidad que se adquiere. Mientrás el alcohólico continue forzando una victoria haciendo uso de la fuerza de voluntad, volverá a beber o se sostendrá seco con mucho esfuerzo y malestar, lejos de una vida "útil y feliz".

jueves, 12 de junio de 2008

Quitarle significado al alcohol

Creo que es sumamente importante para la persona en recuperación quitarle significado al alcohol. Es decir que si para mí el alcohol significa por ejemplo "diversión"; tal vez sea conveniente profundizar con total honestidad si en realidad es así.

Por lo general aquellos que pueden ser sinceros y ver la totalidad de la "película mental", se dan cuenta que lo de la "diversión" es un auto-engaño, o al menos aceptan que la aparente diversión con el alcohol tiene muchos puntos oscuros.

Qué hay de divertido en despertar en una comisaría u hospital cuando lo único que pretendíamos es ir a bailar. Qué tiene de divertido mirarnos al espejo por la mañana y notar con asombro y verguenza que estamos heridos y que ni siquiera recordamos que nos sucedió. Qué tiene de divertido "que el día después" alguien nos reclame a viva voz por haber armado tremenda bronca en el cumpleaños de fulanito.

Este enorme contraste entre lo que creemos y lo que en realidad es, puede posibilitarnos tener una visión más clara sobre el espacio que en realidad ocupa el alcohol en nuestras mentes y en nuestras vidas.

Tal vez ese sea el momento de cuestionar si en realidad esos aparentes significados que le damos al alcohol no son más que eso, simples excusas para poder permitirnos "no ver" que nuestra relación con el alcohol no es normal.

El poder ver la totalidad de la película para detectar los falsos significados, puede hacerse como un simple testigo, sin el componente de la culpa. Nadie se limpia revolcándose en el barro.

Se trata de quitarle "falsos significados" al alcohol, que en realidad no es más que una sustancia sin vida propia, los falsos significados son cuestiones del pensamiento del alcohólico que le otorgan cualidades o significados que en realidad el alcohol no tiene.

El alcohol al alcohólico no lo divierte, no lo relaja, no lo relaciona mejor con los demás, no lo abriga en los días fríos, no le otorga más creatividad, etc.